"En la carretera" n.º 20: Stellantis en una zona turbulenta

Aquí está, como cada miércoles, la carta de Sylvain Reisser. El tema de esta semana: la crisis que enfrenta el grupo Stellantis.
Estimado lector,
Qué lejanos parecen aquellos días en que la gestión de Stellantis era aclamada. La era de abundantes beneficios y accionistas encantados ha terminado. Tras una caída en los resultados durante 2024, el grupo franco-italiano registró una pérdida neta de 2.300 millones de euros en el primer semestre del año. Y aún no está fuera de peligro.
Omitir el anuncioLo peor está por venir. Un año después de la destitución de su director ejecutivo, Carlos Tavares, Stellantis sigue sumida en la misma crisis en la que se encontraba. Las causas son tanto externas como internas. Es cierto que el entorno cada vez más deteriorado y la recesión del mercado europeo no ayudan a la empresa a retomar la senda del crecimiento.
Sin embargo, el grupo Stellantis tendrá que tomar decisiones difíciles. Esto casi con seguridad implicará la venta o eliminación de marcas. Es imposible predecir cuáles de las 14 marcas —Abarth, Alfa Romeo, Citroën, Chrysler, Dodge, DS, Fiat, Jeep, Lancia, Maserati, Opel, Peugeot, RAM y Vauxhall— serán las que finalmente sufran las consecuencias.
Cada cual tiene su propia teoría. ¿Perdió la oportunidad el tridente de Módena? ¿No son redundantes Alfa Romeo, DS y Lancia? Tras las dificultades de Stellantis subyace toda la historia de las megamergers. En la industria automovilística, ninguna ha funcionado a largo plazo. La alianza Renault-Nissan se desintegró. La fusión Mercedes-Chrysler no duró mucho. Solo el Grupo Volkswagen ha logrado —por el momento— mantener todas sus marcas bajo un mismo techo.
¡Disfruta de la lectura y buen viaje!
Sylvain Reisser
lefigaro



